RSK invita al Estudio Normal a intervenir SFE3381

RSK invita al Estudio Normal a realizar una intervención parcial del edificio preexistente en el solar que ocupará su nuevo proyecto SFE3381, durante el lapso temporal que media entre el lanzamiento público del proyecto y el comienzo formal de la obra. Estos solares, otrora locales, casas con patios y terrazas, al ser adquiridos y vaciados de usos ofrecen un campo espacial y temporal a ser ocupado por nuevos programas y narrativas.

Como contrapropuesta, El Estudio Normal propone un diálogo sobre la tradición desarrollista vernácula, mediante una serie de intervenciones de escalas variables que toman algunos de los espacios principales del antiguo PH.

En los intersticios entre la estética de una fiesta de demolición y un salón de ventas, se produce un recorrido de carácter híbrido que transita la historia de la empresa, algunos de sus más destacados proyectos y un ensayo formal sobre la estética de los lenguajes que definen el carácter de este tipo de desarrollos edilicios.

Entre Pozos y Amenities

Texto curatorial por Martín Huberman

El Pozo y el Amenitie pueden ser consideradas las dos puntas de un ovillo enredado con el que podríamos describir a un desarrollo edilicio. Esta imagen popular, que se define entre el drama de lo complejo y el confort de lo doméstico, desenmaraña cierto carácter lineal que estructura, tanto lógica como temporalmente, a un proyecto arquitectónico en clave desarrollista. En estos términos esa linealidad tiene que atravesar una serie de entrecruzamientos y solapamientos que lo renderizan complejo y denso, como el ovillo. Esos extremos que pueden tranquilamente ser principio y final del periplo desarrollista, aparecen generalmente y por motivos diferentes, como antesala de un proyecto, en donde en clave idílica y al unísono suelen encabezar el cartel de venta. Ahí es dónde el pozo y el amenitie se entrelazan en un tórrido romance proyectual como aquel beso entre el vaiven de las olas, en el que se funden Burt Lancaster y Debora Kerr en “From Here to Eternity”.

El pozo, en la jerga desarrollista, es aquel instante algo fantástico y algo oportuno, que rinde más asequible el acceso a la vivienda propia, un gesto entre la futurología y la arqueología que acerca al comprador que, hurgando en la tierra encuentra posibilidades de invertir a un costo menor. En la forma urbana, a instancias incipientes de la obra, el pozo es un abismo a las entrañas de una ciudad constituida en capas, un vacío que linda con la vereda y que por semanas o meses cambia la escala del barrio rompiendo el cero hacia abajo. Entonces, y tan solo por un instante en la vida urbana, tiñe de vértigo a la curiosidad del transeúnte que se rinde perplejo ante la atracción de lo profundo y de lo incierto.

El amenitie, al contrario de lo terrenal del pozo, circunda en el campo de lo ideal y lo etéreo de un optimismo ligado al confort de una vida futura y virtuosa en usos posibles. La terminología, importada del léxico hotelero, donde los amenities constituyen esa colección de productos puestos a disposición del huésped, para dar bienvenida, confort, souvenir y memoria de una estancia placentera. En su transcripción al edificio de propiedad horizontal, el amenitie fue siempre un plus, un extra, un diferencial con potencial de ponderar un desarrollo sobre otro. Un programa que se define casi exclusivamente en el campo del desarrollismo, esquivando la enseñanza académica, para corporizarse solamente en la difícil trama de la compra-venta.

La intervención trabaja sobre estas tipologías del lenguaje desarrollista, dándole forma a un cruce que por la simple linealidad productiva de una obra, no es posible en espacio y tiempo. Nuestra propuesta elige definirse en las experiencias ideales que tanto el pozo como el amenitie han nutrido de esperanza, virtud fundamental, a la hora de desarrollar un edificio. La intervención del espacio de vidriera, una vieja mercería a la calle, elige unir esos dos extremos del ovillo para forjar una estética de lo inverosímil, pero necesariamente ensoñador que puede ser embarcarse en construir domesticidad en la ciudad.